La semana pasada vivimos con júbilo la noticia de que
nuestro joven tenista español Carlos Alcaraz, alcanzaba el número uno
mundial... y los medios de comunicación nos informaban con sus titulares.
Algunos ejemplos
Carlos
Alcaraz, el número 1 del tenis más joven de la historia (CNN)
Carlos Alcaraz, el tenista más joven que alcanza el
número 1 del tenis mundial (Onda Cero)
Alcaraz, el número 1 más joven de la historia (OK Diario)
Pero... la realidad es otra... Carlos no es la figura más joven en llegar a ser el número uno pues hay hasta cinco mujeres delante de él... de hecho, no es, ni de lejos, la persona más joven en liderar esta lista. Martina Hingis, tenía 16 años y tres meses cuando se subió a lo más alto del tenis mundial. Y hay al menos otras cuatro tenistas, todas ellas mujeres, que fueron número uno antes que el español: María Sharapova, Steffi Graf, Tracy Austin y Mónica Seles.
Pero los
medios de comunicación se empeñan en mostrarnos al joven tenista como número
uno a nivel general, mostrando lo masculino como lo universal y lo femenino,
como accesorio.
Cinco
mujeres delante de él, cinco referentes femeninos. Oportunidades perdidas de
mostrar a nuestras jóvenes deportistas un espejo en el que aprender a mirarse.
Este es un
ejemplo claro de la falta de referentes femeninos en todos los ámbitos, no sólo
en el deporte como el caso que nos ocupa. Esa falta de referentes es un hecho
más que estudiado y contrastado.
La
autoestima y el autoconcepto que tienen los niños y niñas de sí mismos, se
empieza a forjar desde que son pequeños. El problema principal es que siguen
faltando referentes femeninos y sobrando estereotipos de género en una sociedad
en la que no se han roto los roles de género y seguimos asociando ciertas
características a los niños y a las niñas.
Los niños y las niñas van asumiendo esas etiquetas y
amoldan su forma de ser y conducta a ellas.
Y la realidad es que no es más que un problema
cultural, no hay cerebros masculinos y femeninos, no hay ninguna causa
biológica para que las chicas se decanten por cierto tipo de profesiones u
otras.
Diferentes estudios ponen de manifiesto cómo afectan los estereotipos y
expectativas a las decisiones que toman en la vida los niños y las niñas, entra
ellas, escoger una profesión.
Luchar contra esos estereotipos requiere acciones de
múltiples frentes, políticas activas, nuevas estrategias de comunicación, pero
siempre con la educación como pilar fundamental, tanto en la escuela como en el
seno de la familia.
El aumento de la concientización acerca del poco o
nulo reconocimiento de los logros femeninos se traduce en proyectos muy
interesantes y necesarios como El legado de las mujeres o
Herstóricas, audiocuentos como Un cuento Propio, la
colección Mujeres protagonistas, en libros como 1001
amigas ingenieras,o campañas como No more Matildas.
Junto a estos movimientos se hace necesario que
se emprendan acciones para intervenir la transmisión cultural que nos
proporciona una visión de mundo donde las mujeres no cuentan. Y la
educación es una de las mejores herramientas de las que disponemos. Es
importante que desde la docencia se empiecen a usar las obras de las mujeres, y
no solo discursos sobre ellas, sino sus voces.
Voces femeninas como referentes femeninos en búsqueda
de una igualdad. Voces femeninas que empoderen a mujeres y niñas.
Referencias Internet:
Mujeres y deporte: la eterna carrera | Artículo de Susanna Soler (elperiodico.com)
Mujeres y deporte (unesco.org)
numero
uno tenis mas joven - Búsqueda (bing.com)
Referentes
femeninos, los espejos donde mirarse - Magisnet
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